Capitulo 2: El inmigrante
Habían pasado 3 días desde que Armand conoció a Abecia, ahora Mam vivía en un departamento cerca del barrio de su amigo, no es qué no apreciara a esta persona como para no visitarla, sino que el echo de ver un cadáver no era algo que le complaciese mucho, después de todo, seguramente era más feliz en ese sector de Yopal que en aquel barrio de la ciudad.
Arnald tato de convencer a su amigo de mudarse con él, pero Abecia afirmo que lo matarían si dejaba su casa, que ya estaba acostumbrado a esta vida, y que hasta ahora no le prestaba importancia a los asuntos del barrio debido a su falta de concideración con los demás.
Arnald se sentó en un sofá que había comprado a un precio muy bajo por estar casi destrozado. Encendió una tele de 14 pulgadas que se hayaba en la mesa sobre los tatamis recién instalados, pero como no tenía antena solo pudo ver la televisión pública.
Arnald estaba calmado y viendo la tele, en ese momento sonó el timbre, al ir a abrir se encontró con su amigo Abecia (el único que habíá echo por el momento).
-Pasa, siéntese como en casa tuya.
-Solo pasaba a saludarte (en tono amistoso), vengo a preguntarte si tienes dinero para comprar algo.
-¿Que?
-Algo
-Lo siento de momento no tener nada, ni siquiera para mí´como podrás ver
-Sabes conozco gente que vende merca, podrías entrar en el negocio, pero no comsumas o te será difícil salir, eso me paso a mí
-¿Qué ser merca?
-Es droga
-¡Pués se que vivo mal!, y probablemente ¡Pueda morir de hambre si no consigo trabajo en blanco!, ¡Pero prefiero esa vida antes de enfermar a mucha gente!
-No te entiendo, ¿Por qué te preocupas por los demás?, ¡No tiene sentido!, ¡Uno solo debe preocuparse por uno mismo y al diablo con los demás!
-No te entiendo (en tono de preocupación), ¡dijiste que intentarías cambiar!
-¡Ya he cambiado suficiente!, ¡No puedo cambiar más, y tú no puedes ignorar el mal del mundo! (tono agresivo)
-¡Yo no ignoro el mal del mundo!, pero ¡Siento que puedo mejorarlo!
-¿Por qué intentas algo imposible? (tono más calmado)
-¿Por qué no intentar algo en lo que creo?, ¡Lo único malo sería perder esperanzas, sin siquiera intentar mi sueño!
Abecia lo miro sorprendido, con un poco de culpa por la discusión se retiró y salió a mendigar para ganar algo de dinero.
En tanto Arnald, había empezado a preocuparse por su amigo, sintió que debía buscar la forma de ayudarlo, apago su televisor, se puso un abrigo, y salió a buscar a su amigo para ver si podía cambiarlo, y ayudarlo a crear una mejor vida, la cual resultaría mejor que la que vivía.
Después de mucho buscar no encontró ni rastros de él, así que decidió volver a su hogar y esperar la próxima visita para hablarle.
Capitulo 3: El conflicto final
La próxima visita fue una semana después, Abecia vino sin motivo y solo por venir, seguramente ni siquiera él sabía por que vino, estaba un tanto confundido y últimamente no había podido dormir bien, su dificultad del sueño era incluso peor que antes. Lo cierto es que ya tenía este tipo de problemas a causa de las drogas, pero siintió que algo lo inquietaba, era como si Dios le hubiera maldecido con un rayo lleno de problemas de difícil solución, junto con una enorme e infinita cantidad de dudas existenciales.
Abecia se sentía frustrado e inseguro, más allá de qué si no tenía dinero para pagar protección, temía que su vida llegase al fin.
Armand invito a su amigo a pasar y le ofreció ayudarlo a cambiar, Abecia se resistió, pués no quería cambiar, era felíz mintiendo y engañando a la gente para consumir, y además creía qué su amigo no debería meterse en sus asuntos personales.
Dejaron de verse por un par de meces, tiempo después Armand escucho que Abecia había muerto a causa de las maras, y sin importar nada más salió a verificarlo, por suerte Abecia estaba a salvo.
Cuando Armand vió a su amigo salir a atenderlo sintió una gran tranquilidad, pero esa tranquilidad se desvaneció como una vela que se apaga bruscamente cuando uno la sopla, pués un pandillero le disparo por la espalda, y Armand murió, de pronto su amigo se sintió culpable y no pudo contener su llanto, fue entonces que el pandillero le dijo:
-¡Eso pasa cuando no pagas!
(gracias por leer mi cuento, aunque de momento solo tenga una seguidora, proximamente una especie de prologo con un poco más de informació´n que no estaba escrita, de paso si alguien quiere contar mi cuento puede hacerlo, solo digan que lo he escrito yo XD)